El otro día ojeando un libro de cocina, el Veganomicón, encontré esta receta de croquetas de brócoli y mijo. La he modificado ligeramente y el resultado es muy sabroso además de fácil de preparar. Y muy sano.

El mijo es un cereal muy consumido, principalmente en Asia. Este cereal además de no contener gluten está lleno de propiedades: alto contenido en hidratos de carbono complejos, lo que significa que nos aporta muchísima energía sin producir altos niveles de glucosa en sangre, por lo que también es muy recomendable para personas con diabetes;  gran porcentaje de grasas insaturadas, que son beneficiosas para el corazón, y muy rico en fibra. Acompañándolo de una legumbre se convierte en una buena fuente de proteínas y posee un alto contenido en vitaminas del tipo B.

 

 

Ingredientes: (16/20 croquetas)

  • 1 taza de mijo
  • 1 ramillete mediano de brócoli
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • vino blanco
  • 2 y 1/2 tazas de caldo de verduras (apio, puerro, cebolla, zanahoria, laurel, perejil y pimienta jamaicana)
  • nuez moscada
  • pimienta negra recién molida
  • sal
  • aceite de oliva virgen extra
  • una pizca de harina de garbanzo (también se podría utilizar pan rallado)

Preparación:

  1. Lavamos el mijo con abundante agua muy caliente, así le quitaremos un poco de amargor.
  2. En una olla vertemos un chorro de aceite de oliva virgen extra, añadimos los ajos y la cebolla muy picados y rehogamos todo hasta que la cebolla esté pochada.
  3. Incorporamos el ramillete de brócoli picado y le damos unas vueltas para saltearlo un poquito.
  4. Agregamos el mijo, las especias, salpimentamos y vertemos un chorrín de vino blanco.
  5. Dejamos que se evapore el alcohol.
  6. Echamos el caldo de verduras a la olla y cocemos a fuego medio, removiendo a menudo durante unos 50 minutos.
  7. Debe quedarnos una masa algo apelmazada para que nos resulte más fácil hacer las croquetas.
  8. Dejamos que la masa repose y se enfríe.
  9. Pasado un tiempo, añadimos un poco de harina de garbanzo a la masa y formamos las croquetas con la ayuda de las palmas de las manos.
  10. Las freímos en abundante aceite de oliva hasta que estén doradas por todos sus lados.
  11. Colocamos sobre papel absorbente y ya las tenemos listas para comer acompañadas de una ensalada o lo que queramos.