El falafel es un plato típico de Oriente Medio. Consiste en unas albóndigas de legumbres secas, por lo general habas y garbanzos. Dependiendo del lugar, pueden ser una mezcla de ambas o de un único tipo de legumbre. En este caso vamos a preparar el falafel de garbanzos, aunque si quisiéramos elaborarlo con habas secas procederíamos de la misma manera. Para acompañarlo he decidido cambiar la clásica salsa de yogur y pepino por una salsa de cúrcuma fresca.
La cúrcuma, también llamada azafrán de la India, es una planta de la familia de las zingiberáceas, relacionada con el jengibre. Al igual que en su caso, la parte que se consume es el rizoma. La cúrcuma es uno de los principales ingredientes del curry, dándole su característico color anaranjado. Esta planta, además de por su sabor suave e intenso color, destaca por los beneficios que nos aporta.
Posee propiedades antitumorales debido a su contenido en curcumina, curcuminoides y betacarotenos; es un fuerte antioxidante ya que favorece la desintoxicación del organismo; es antiinflamatoria y facilita la digestión e incluso actúa como antidepresivo natural debido a que ayuda a producir mayores niveles de serotonina.
Ingredientes: (4-6 personas)
Falafel:
- 400g de garbanzos
- 2 cebollas grandes
- 5 dientes de ajo
- 1 ramillete grande de perejil
- 1 ramillete grande de cilantro
- 2 cucharillas de comino en polvo
- una pizca de canela molida
- una pizca de nuez moscada
- pimienta negra recién molida
- sal
- un sobre de levadura
- harina de garbanzos (para ligar la mezcla si fuera necesario)
- semillas de sésamo
- aceite de oliva (para freír)
- 1/2 vaso de leche vegetal
- 1 vaso de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de mostaza antigua
- 3cm de cúrcuma fresca rallada (equivalente a una cucharilla colmada)
- 1 diente de ajo
- vinagre de módena
- pimienta negra recién molida
- perejil fresco
- sal
- En un bol ponemos a remojo los garbanzos durante 24 horas en agua fría.
- Pasado este tiempo, escurrimos y si queremos que el falafel quede espectacular, los pelamos, así nos quedará más fino.
- Trituramos los garbanzos sin cocer con la batidora, si nos quedasen trozos no importa, pues la forma tradicional es así.
- Incorporamos los dientes de ajo y las cebollas picados muy finos.
- Agregamos el perejil y el cilantro también muy picados, las especias, la sal y la levadura.
- Revolvemos todo bien hasta integrar por completo todos los ingredientes.
- Dejamos reposar la mezcla 30 minutos para que la levadura haga su efecto.
- Tomamos un puñado pequeño de la mezcla y con la ayuda de las palmas de las manos le damos forma, haciendo esferas aplastadas por el centro. Hacemos esto con el total de la masa.
- Rebozamos las albóndigas de garbanzos en semillas de sésamo y freímos en abundante aceite de oliva hasta que estén doradas por ambos lados.
- Una vez fritas, las colocamos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa.
- En un vaso batidor vertemos el medio vaso de leche, la cucharada de mostaza antigua y el vaso de aceite de oliva virgen extra.
- Batimos a velocidad baja sin levantar la batidora.
- Una vez que tenemos ligada la salsa, incorporamos el diente de ajo fileteado, el perejil, la sal, la pimienta negra y la cúrcuma rallada.
- Volvemos a batir a velocidad media, por último añadimos un chorrín de vinagre de módena y batimos un poco más para integrarlo en la salsa.
ok